Los contenidos propician el proceso de
reflexión que da significado a lo aprendido en la vida.
La oferta del Modelo de Educación
para la Vida y el Trabajo (MEVyT) del Instituto Nacional para la Educación de
los Adultos (INEA), está integrada por opciones educativas orientadas a
fortalecer habilidades, conocimientos y actitudes que permitan a los educandos
desenvolverse mejor en su vida personal, familiar, laboral y social.
El modelo educativo se
organiza en tres momentos relacionados entre sí y que se reciclan
continuamente: recuperación de conocimientos y experiencias personales;
búsqueda y análisis de información, reflexión y confrontación con lo que ya se
sabe; así como el cierre, conclusión y aplicación de lo aprendido.
Asimismo, los contenidos favorecen
y desarrollan un proceso de reflexión y reconstrucción de experiencias,
conocimientos y situaciones, donde la persona es capaz de actuar en la
realidad, transformándola y transformándose a sí misma, de tal manera que dé
significado a lo aprendido en la vida y lo estimule a continuar estudiando.
Además, promueven las competencias
generales, como: comunicación, razonamiento, solución de problemas y
participación responsable; habilidades básicas: lectura, escritura, matemáticas
y comprensión del entorno; actitudes y valores: autoestima, derechos humanos,
responsabilidad, respeto, identidad y diversidad.
Los contenidos se caracterizan
por ser modulares, diversificados, flexibles, abiertos e integrales. Se
desarrollan en más de 60 módulos de aprendizaje que se estructuran a partir de
ejes, los cuales se definen por sectores prioritarios de la población, temas de
interés y áreas de conocimiento. Cabe aclarar que están enfocados a las
necesidades humanas básicas desde una perspectiva de bienestar.
Las competencias generales son los conocimientos, las experiencias,
habilidades, actitudes y los valores que permiten a las personas en general
actuar y desarrollarse en los contextos en que viven, las competencias que
favorecen o desarrollan, los módulos se organizan en:
Básicos,
que atienden a las necesidades básicas del aprendizaje. Los módulos básicos se
agrupan en torno a tres áreas de conocimiento: Lengua y Comunicación, Matemáticas,
y Ciencias.
Diversificados,
que desarrollan las mismas competencias específicas, los cuales están dirigidos
a diferentes sectores de la población objetivo.
Alternativos,
se estudian dependiendo de los intereses y necesidades de los educandos y posibilitan
la acreditación y certificación.
La acreditación se da
para tres niveles: inicial e intermedio, para certificar la educación primaria;
el nivel avanzado, certifica la educación secundaria.
Cada módulo está
integrado por un paquete con libros, guía del asesor, revistas, folletos,
cuaderno de trabajo, pliegos, juegos, mapas, videos o lo que requiera cada uno.
Dichos contenidos proponen actividades propias para jóvenes y adultos, quienes
tienen la posibilidad de organizar, de acuerdo a sus necesidades e intereses, su
propia ruta de aprendizaje o estudio.
Este modelo educativo es concebido
como un proceso social y cultural inherente a personas de 15 años o más,
interesadas en tomarlo, cuya evaluación se integra por un método formativo,
permanente y sostenido, que permite a los
usuarios registrar avances y retos en su aprendizaje a través de la auto
evaluación y la coevaluación.